viernes, 16 de septiembre de 2016

ARTE E INFANCIA: LA PROPUESTA DE ERIC CARLE

El dibujo es una de las formas de expresión que conecta nuestro mundo interior con el mundo externo, haciendo visible, en primer lugar a nosotr@s mism@s, nuestro sentir.
A partir de los primeros garabatos, que l@s niñ@s realizan por el puro placer de explorar nuevos objetos y materiales, así como nuevas posibilidades de movimiento de su cuerpo, lo que madres, padre y educadores podemos hacer es permitir que esa expresión se de, tal como el/la peque la siente o la necesita. No solo qué líneas trazar, sino también el color elegido para realizar ese trazo tiene que ser una elección propia de cada niñ@.
De esta libertad es de lo que os quiero hablar hoy, y de lo que permitimos acontecer cuando velamos por esa libertad de expresión en nuestr@s peques.


Como amante del arte en todas sus formas, cuando he sido madre me he interesado muchísimo en descubrir todo lo posible relacionado con el desarrollo del arte en l@s niñ@s y con la expresión plástica de mis hijas. El autor que más de todos me ha emocionado en este sentido es sin duda Arno Stern y su Educación Creadora, según la cual hay que ofrecer un espacio donde sea posible la expresión artística de cada persona, sin que haya juicios de ningún tipo sobre su producción.

Arno Stern en su Closlieu en Paris
Ese espacio de no juicio no es tan fácil de conseguir, porque estamos tan acostumbrados a emitir y a recibir valoraciones sobre lo que hacemos y sobre lo que hacen los demás que no nos es posible imaginarnos una relación sin esos juicios. Pero no nos damos cuenta, probablemente, del peso que estos juicios pueden llegar a tener, ya que terminan por delimitar desde su origen el pensamiento, la acción y el sentimiento. Los juicios nos alejan de nuestro yo interior para hacernos todos homogéneos, para garantizarnos una similitud, con el objetivos de necesitar todos lo mismo y formar así una sociedad en la que sea más fácil cubrir las necesidades de todos. 
Esto significa ir eliminando poco a poco cada diferencia, uniformando los deseos, generando en realidad personas frustradas, porque aunque en apariencia tienen una vida satisfactoria, en realidad no están recorriendo su propio camino, sino un camino que no es de nadie por querer ser de todos. 
Frente a esta forma de proceder el arte se propone como acto liberatorio en el que no hay que uniformarse, sino ser único, y esa unicidad se puede encontrar solo en nuestro interior. 
Y es este mismo mensaje de liberación y de reconocimiento de la importancia de nuestra única forma de ver el mundo que nos transmite un grandísimo autor de literatura infantil: Eric Carle.

El autor de la archifamosa Oruga Glotona, ha plagado de libros maravillosos las bibliotecas y las librerías de todo el mundo, y hoy os quiero presentar una de sus obras de arte que va justo a reforzar ese mensaje sobre la libertad de expresión en l@s niñ@s: "El artista que pintó un caballo azul"


El artista que pintó un caballo azul
Autor: Eric Carle
Editorial: Kalandraka

Edad recomendada: a partir de 1 año

Trama
Un niño se define como un artista y enseña en cada doble página lo que ha pintado: varios animales pintados con colores que no se corresponden a los colores reales. El libro concluye con la repetición de la afirmación "Soy un artista".

Contenidos y Valores
En la simplicidad está la riqueza. Un concepto que muchas veces he defendido a la hora de reseñar cuentos y que se va reafirmando en muchas circunstancias.
Este álbum se configura como un catálogo en el que su propio autor reconoce la importancia de sus creaciones. Sin esperar el juicio externo de nadie, nuestro niño pinta, y pinta como quiere, sin dar explicaciones, sin esperar la aprobación de nadie, tal como debe ser siempre que un/a niñ@ pinte.


Tenemos que tener presente que los colores utilizados al momento de dibujar pueden depender del estado emocional que se está experimentado (alegría, tristeza, enfado...) o puede ser que sean los que están al alcance del niño en ese momento, o simplemente le gusta la forma del lápiz. El dibujo no es para l@s peques una reproducción exacta de la realidad, sino libre, autónoma y espontánea y lo que hacen cuando pintan o dibujan es expresar su gusto estético, sus sentimientos o simplemente divertirse con ello. 


Al fin y al cabo pintar es una forma de juego, y por eso no tenemos que dirigirlo para que se mantenga tal. Bastará pensar en la definición de juego que nos ofrece el filósofo, dibujante y psicopedagogo Francesco Tonucci: "el juego es todo lo que se hace sin un fin". 
Cuando escuché esta frase me di cuenta de cuantas veces definimos una actividad en la que están empeñados nuestr@s hij@s como juego pero que realmente juego no es. Y lo que les hace crecer es justamente el juego tal como lo define Tonucci.


Para qué y para quiénEl cuento que nos propone Carle nos transmite un mensaje sumamente importante sobre la libertad y el autoestima, el confiar en nuestra forma de sentir y en nuestra forma de expresión. 
Un cuento que además permite acercar a los bebés al aprendizaje de los colores y de los animales, que en este caso propondría junto con imágenes reales de los mismos animales retratados por Carle, ya que en edad temprana es importante ofrecer a l@s bebés imágenes del mundo real para que en un segundo momento puedan ir creando su propia y personal abstracción.
Es una óptima herramienta para hablar con niñ@s más mayores sobre lo que ell@s piensan que es el arte. Guiados por la imagen del cuadro de Franz Marc que aparece al final del libro y que ha inspirado el mismo Carle para la creación de este cuento, podremos iniciar un debate interesante y enriquecedor sobre el arte, sus límites y sus libertades.


¿Conocías a estos autores y a su filosofía sobre el arte y la libre expresión? ¿Qué os parece su propuesta?

Si os ha gustado "El artista que pintó un caballo azul" lo encontráis pinchando aquí en nuestra librería online, La Cuentería Respetuosa :)

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