sábado, 5 de septiembre de 2015

Reseña: Arqueología

Justo ayer hablamos de sueños, de imaginación, y de la importancia de ellos en la infancia. El álbum ilustrado que os reseño hoy cuenta la importancia de perseguir un sueño porque solo así a través de la confianza en nuestra imaginación podemos crear nuevas realidades que permiten el crecimiento de cada individuo y la realización de su vida. Gracias a la editorial El Jinete Azul, os presento "Arqueología".


Título: Arqueología
Autor: Antonio Santos
Editorial: El Jinete Azul
+5 años
Trama
Un hombre vive en un desierto, y decide construir un barco. Todo el mundo se ríe de él por la inutilidad de su acto. Siglos después de la muerte del hombre, algunos arqueólogos encuentran el barco y entienden que allí un tiempo hubo el mar.
Contenidos y Valores
He leído varias veces este cuento antes de decidirme a escribir su reseña. Pero no lo he leído varias veces seguidas, sino manteniendo las lecturas muy espaciadas la una de la otra.Y eso porque me costó entender el mensaje que quería transmitir el autor, pero luego, en el momento en el que me despreocupé de entenderlo, vi lo que esta pequeña y sencilla historia estaba transmitiendo.
"En aquel desierto ese hombre tuvo un sueño y construyó un barco"
La frase que abre el cuento está dividida a través de la partición en tres ilustraciones: la ruptura de la frase, dividida en tres partes, pone en relieve los tres elementos fundamentales que la componen y que son el centro de toda la historia: 
En aquel desierto, el lugar en el que acontece la historia;

ese hombre tuvo un sueño, el protagonista de la historia; 

y construyó un barco, el acto que realizó.

La frase así partida gana mucha importancia y constituye esencialmente el punto de reflexión de todo el cuento: el soñar, por si mismo justifica la vida humana. 
Para la sociedad -representada por las personas que se ríen del hombre- la construcción del barco es algo completamente fuera de lógica: pero al realizar su sueño, construir un barco en pleno desierto, el hombre crea la realidad soñada, ya que consigue que otros hombres que vivirán siglos después de él, interpreten el hallazgo de su barco como la prueba irrefutable de que allí había llegado el mar.


El sueño construye la realidad que vemos materializarse en las páginas que cierran el cuento.
Pese a que nuestros sueños parezcan ridículos o no parezcan tener ningún sentido, son justamente ellos que construyen la realidad. Hay que confiar en nosotros mismos, en nuestras intuiciones y nuestros deseos: nunca sabemos hasta donde pueden llegar y cuanto pueden incidir en la realidad.
Antonio Santos traslada la técnica escultórica, propias de otra de sus facetas, a la elaboración de este cuento: ha ido puliendo y limando hasta dejar solo la esencia de su reflexión. Cada página aparece significativa a la hora de la lectura y nos da una información valiosa para entender el mensaje que quiere hacernos llegar. Y con extrema sutileza vemos la segunda propuesta de reflexión que nos brinda a través de este álbum ilustrado: considerar filosóficamente la vida y nuestros actos. A través del paso del tiempo, descubrimos qué es lo que queda de la existencia de cada individuo en el mundo: el hombre protagonista del cuento envejece y muere, su cuerpo se convierte en polvo, mientras que el barco perdura en el tiempo: nuestros actos son los que dejamos al mundo, la huella de nuestra presencia, nuestro cuerpo es efímero y solo es un instrumento que utilizamos para realizar lo que nuestro corazón imagina.


Las ilustraciones
Antonio Santos a parte de ilustrador es pintor y escultor, y esa versatilidad en campo artístico hace que sus ilustraciones sean bastante peculiares. La técnica del collage constituye la base del paisaje al cual el autor añade unos pocos trazos que subrayan determinados elementos de la historia. Interesante el valor simbólico del que aparece cargado cada elemento que aparece en cada ilustración.
Para qué y para quién
Para hablar de los sueños, de los deseos, del imaginario de nuestros hijos, eliminando cualquier límite concreto, soltando cualquier ancla y dejándose ir a la imaginación pura y dura.
Un cuento para leer con niñ@s a partir de 7/8 años para profundizar en este tema y en el sentido de la vida.

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